Esta crisis, ha despertado la locura Keynesiana de grandes planes de estímulo y rescates bancarios para intentar disminuir la gravedad de la crisis en la que estamos. Y ahora esta todo el mundo preocupado por la resaca de la juerga de la deuda pública. Antes de empezar, quiero mostrarles una parodia -a ritmo de rap- de Keynes, el economista del “cavar zanjas con dinero público” y las “motivaciones animales del ser humano” vs F.A. Hayek, economista de la Escuela Austrica que denuncia los bajos tipos tipos de interés de la FED y otros Bancos Centrales y la resaca que eso significa -léase crisis económica brutal. Para ir entrando en tema:
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Las Simplezas (y errores) de los Keynesianos
John Maynard Keynes persuadió a sus colegas economistas y luego ellos persuadieron al público de que tiene sentido pensar en la economía en términos de un puñado de agregados que se refieran a la economía en su conjunto, como: ingreso total o producción, gasto de consumo total, gasto de inversión total, y exportaciones netas totales. Si la gente recuerda algo de sus cursos introductorios de economía (yo lo estudié en la asignatura de Economía que recibí el primer año en la U. de Lima), lo más probable es que recuerden la ecuación:
Y = C + I + G + (X – M)
Esta forma de comprimir transacciones diversas que ocurren a lo largo y ancho de la economía en simples variables tiene el efecto de eliminar el reconocimiento de las complejas relaciones y diferencias dentro de cada uno de los agregados. Así, en este marco teórico, el efecto de añadir un millón de dólares de gasto de inversión para los inventarios de ositos de peluche, es el mismo que el de añadir un millón de dólares de gasto de inversión para cavar una nueva mina de cobre. Igualmente, el efecto de añadir un millón de dólares de gasto público para vacunas de niños contra el polio es el mismo que el efecto de dedicar esta cantidad de gasto público para municiones con usos bélicos. No cuesta mucho ver cómo la eliminación de estas diferencias dentro de cada uno de los agregados puede hacer que nuestro modo de pensar sobre la economía se tuerza considerablemente. La solución está en cavar zanjas con deficit público, para aumentar el agregado correspondiente.
Tampoco, suelen prestar atención a los precios relativos o a los cambios en tales precios. Para los Keynesianos -y más para los Keynesianos que no saben de Keynes-, solo hay un precio, denominado “el nivel de precios“, y representa una media ponderada de todos los precios monetarios a los que se venden la infinidad de bienes y servicios reales de la economía. Si los precios relativos cambian -que es algo que siempre sucede, incluso en los periodos más estables- estos cambios son promediados y afectan, si acaso, al cambio calculado en el nivel de precios agregado, pero solo de una manera escondida y analíticamente irrelevante.
Debido a que sólo se fijan en el “nivel de precios” y no tiene ninguna concepción de la estructura de la producción de la economía, no puede concebir cómo una expansión de la demanda hacia ciertas líneas pero no otras podría ser problemática. Lo que llamamos «BURBUJA» en un sector.
Para los Keynesianos, la tasa de interés es el “precio del dinero“, definido como la tasa de alquiler que se paga sobre el dinero prestado. Esa actividad de pedir prestado la consideran “siempre buena”, y si se da más mejor, porque los individuos usan este dinero prestado para comprar bienes de consumo, y por tanto “van creando empleos”, y un empleo es lo mejor que puede existir en el universo conocido. Por tanto, cuanto más baja sea la tasa de interés, más gente pedirá prestado y gastará, y mejor funcionará la economía, con la condición, de nuevo, de que exista algo de desempleo en alguna parte del país. Debido a que siempre existe algo de desempleo, se quiere siempre -bajo esta lógica económica- que el tipo de interés esté más bajo de lo que está. Si se puede reducir artificialmente mediante la acción de la banca central, apoyarán tal acción con firmeza.
Los Keynesianos no entienden qué es realmente el tipo de interés. Fallan en comprender que es un precio relativo fundamental -en concreto, es el precio de los bienes que están disponibles en el momento presente en relación a los bienes disponibles en el futuro-. Como no piensan nunca en términos de precios relativos (en realidad, sólo ven las cosas de forma agregada) no entienden cómo el tipo de interés afecta a las elecciones entre el consumo actual y el ahorro -esto es, actuar de tal manera para hacer posible un mayor consumo en el futuro sacrificando consumo actual. En un mercado libre, una reducción del tipo de interés refleja un deseo de trasladar un mayor consumo del presente hacia el futuro.
Evolución de los CDS’s Soberanos
Antes de empezar a hablar de CDS’s, he querido escribir algo de los clásicos errores del Keynesianismo, porque el keynesianismo ha sido de alguna forma la doctrina que más se ha interiorizado en todos nosotros, y aunque no nos demos cuenta, sus errores se han convertido en nuestros errores.
Durante el último siglo, el mundo ha cambiado notablemente. El orden social ha ido evolucionando y la política adaptándose a este orden, dándonos mayor representatividad. Sin embargo, el orden económico no ha evolucionado a la par, sino que ha involucionado hacia un monopolio: el monopolio de papel-moneda. Monopolio que empezó hace no mucho, ya que en el 2009 se ha cumplido el 100 aniversario de la moneda de curso legal, como bien nos lo recordaba el profesor Antal Feteke.
Mientras los estados se han tenido que organizar hacia mayores cuotas de participación y libertad hasta los sistemas parlamentarios actuales, la banca se ha organizado hacia mayores cuotas de planificación. Y esto hasta conseguir la destrucción completa del dinero y posterior sustitución por un sistema fiduciario basado en la deuda, coordinado mediante milimétricas intervenciones sobre los tipos de interés, la gestión de las reservas bancarias y los flujos de liquidez desde los bancos centrales. Finalmente, esas conquistas políticas en apariencia tan representativas y populares han quedado cautivas de una oligarquía que puede dirigir los ciclos económicos con sus políticas monetarias (los Bancos Centrales y bancos colaboradores, que son todos), distorsionando con ello toda la estructura productiva y aspirando en su propio favor los beneficios empresariales.
Ni la educación universal y la eliminación del analfabetismo en muchos países ha permitido destapar y vencer a esta última oligarquía, que termina ejerciendo un control sutil y tiránico sobre el conjunto del cuerpo social. ¿Qué partido político no necesita financiar sus campañas electorales y que finalmente se le cancelen las millonarias deudas contraídas? Para los bancos y especialmente las cajas regionales es fácil asignar determinadas partidas a mora. Por muchas soluciones que se propongan, si la sociedad está sorda al origen del problema es difícil que de todas las dificultades presentes aparezca ni tan siquiera un atisbo de solución coherente. Que los problemas revienten en la calle con violencia es precisamente lo que unos pocos anhelan mientras se frotan las manos esperando que madure la mies. Solucionar un error con otro produce un mal aún mayor. Pero como el dinero guarda gran inmediatez a la vida y un cierto halo de tabú, todos nos preocupamos por conseguirlo cada mañana sin hacer sobre ello mucha metafísica en el desayuno. Porque con independencia de lo que sea, mientras se acepte como medio de cambio por nuestros vecinos, gastaremos los zapatos en su búsqueda. Huelga decir que prestigio y respeto abren sus candados fácilmente con una aparente billetera mientras su contenido sea de curso legal.
Dice el refrán, “el dinero es un buen siervo, pero un mal amo”. Este principio tan fácil de entender cuando afecta a nuestras vidas cotidianas, parece quedar un tanto oscurecido cuando se aplica a la economía. Lo que se afirma en este compendio de sabiduría popular es que el dinero debe estar sometido a algún límite, porque de lo contrario termina esclavizando. Tradicionalmente ese límite ha sido el oro, que entre otras características intrínsecas permitía una disciplina monetaria internacional al limitar las deudas que un país podía asumir. Cuando se gastaba más de lo debido, el preciado metal huía en pago del desenfreno. Una gran limitación material importante para un mundo financiero moderno.
Porque si no se consigue limitar, este buen sirviente pasa a ser un mal amo. Y muy cruel, por cierto. En efecto, si la deuda no puede contenerse en un país, al final éste queda reo de su estupidez. Y da lo mismo para el caso que nos concierne que sea el emisor privilegiado de una moneda de reserva o el que cambia sus bienes y servicios por esa misma moneda. Finalmente todos quedan atrapados: unos porque no pagan y otros porque no cobran.
En el siguiente gráfico, podrán ver como han ido creciendo los CDS -credit default swaps.
Con este gráfico, se han manifestado varios economistas. Rolfe Winkler argumenta que a corto plazo, los PIIGS (la doble “I” es por Italia e Irlanda) tendrán que recortar sus presupuestos y ser rescatados por la UE. Simon Johnson piensa que un euro debilitado debido a las tribulaciones de los PIIGS terminará lesionando a las exportaciones americanas (un euro débil equivale a un dólar fuerte) y podría provocar problemas a los principales bancos. Y otros comentaristas temen que la crisis de los PIIGS va a tener un mayor potencial de contagio que las hipotecas subprime y la caída de Lehman.
La idea de que los países no quiebran es una broma. La trampa de la deuda puede llegar esta primavera para aquellos países que han creado enormes paquetes de estímulo para sus economías. El Banco Internacional de Pagos (BIS) informó que los paquetes de estímulo habían trasladado riesgos significativos a los balances de los gobiernos, algo que se refleja en el encarecimiento de los CDS soberanos. Es decir, los bancos centrales han trasladado a sus respectivos países el riesgo de impago, haciéndoles gastar billones que no tienen para poder cubrir el riesgo que los bancos han asumido en sus derivados tóxicos.
Los gobiernos han rescatado primero a los bancos que eran insolventes. A continuación estos gobiernos, especialmente algunos europeos y Estados Unidos, vieron explotar sus balances hasta tener que enfrentarse con unas crecientes preocupaciones sobre la quiebra soberana. El FMI ha pronosticado que la relación deuda/PIB de los países del G20 explotará hasta el 118% en el 2014, mientras que los niveles anteriores a la crisis eran del 80%.
Pero esta situación ha devuelto de nuevo la pelota a los bancos, porque son precisamente estos los que más habían prestado a algunos de los países en riesgo. Por ejemplo, los bancos de Reino Unido habían concedido 193.000 millones a Irlanda, pero los bancos alemanes una cantidad semejante a Grecia más unos 240.000 millones a España. Además, muchos fondos de pensiones que invirtieron en deuda pública tienen una gran exposición a países como Grecia, Portugal, Irlanda y España. El riesgo de contagio ha vuelto de nuevo.
Es por eso que Alemania y Francia están mostrando un apoyo institucional a Grecia. No pueden levantar la maltrecha economía de ese país. En el caso Alemán, es incluso anticonstitucional ayudar económicamente a Grecia. Sólo están ayudando a que sus bancos no se vean afectados, como explico en el artículo: Crisis Financiera: A principios de 2010 ¿Donde estamos? ¿A donde vamos? ¿Países en riesgo? Grecia, España y el Euro.
Acaben o no en default algunos países, la realidad es que se van a tener que tomar medidas draconianas para que los se consiga cubrir sus obligaciones financieras. Devaluar la moneda ha sido la medida habitual en países como Grecia y España. Pero eso ya no puede suceder dentro de la disciplina del euro. Por eso hay unos cuantos países que van a tener que reestructurar su deuda de alguna forma. Y estamos hablando de 2 billones de dólares, una cantidad más de tres veces superior al coste de la quiebra de Lehman. Sólo queda ver cómo van a afectar todas estas dificultades a países como India y China, con economías dirigidas a la exportación y con reducido consumo interno.
¿Subida de impuestos en el 2011?
Las palabras de la Vice-Presidenta Segunda y Ministra de Economía Elena Salgado, luego de su paseo por Europa para calmar a los inversores ingleses y franceses -su famoso road show- diciendo que en un futuro habría que analizar el modelo de impuestos porque se recauda muy poco es para estar aterrados.
Salgado lo ha dado a entender en RNE el pasado jueves 11. El pretexto que nos dan para revisar el tema impositivo es que “habrá que subir más los impuestos para que el modelo de Estado autonómico-local sea sostenible“. Pero que nos preocupemos, porque no es ahora cuando se harían esas modificaciones, sino dentro de 5, 10 ó 20 años.
Según Salgado, el actual modelo de Estado, con tres niveles de administración y con una presión fiscal inferior al 31% y diez puntos por debajo de la de los países más avanzados no es sostenible. El mismo argumento que utilizaron para “colar” la subida del IVA, la supresión de la deducción de los 400 euros en el IRPF y el aumento de la tributación del ahorro que se incluyó en los Presupuestos de 2010.
Lo que no dicen estos caraduras es que la causa de que el peso de los impuestos con relación al PIB haya caído desde el 38% hasta el 31%, distanciándose de la media europea, no se debe a que en España los impuestos estén por debajo de lo que están en los otros países miembros de la UE. Los impuestos han caído hasta el 31% del PIB porque la actividad económica se ha hundido y, por consiguiente, la recaudación del Estado.
Pero la situación actual de España y la experiencia en globos-sonda me hace dudar sobremanera del mensaje de la Ministra. No será dentro de 5, 10 o 15 años como dice la vicepresidenta-ministra. Los analistas tributarios prevén nuevas alzas para 2011. Este año ya nos ha tocado la mayor subida impositiva de la historia de la democracia en España. Y ya sabíamos, aunque el Gobierno lo negara, que venían más impuestos.
Queda la duda de por donde van a venir las subidas. Si nos atenemos a los datos de la Comisión Europea del pasado mes de junio, España tiene tarifas más altas que la media europea en IRPF, Sociedades e, incluso, rentas del capital. La subida del IVA en julio de este año también acerca este impuesto al promedio europeo. En cambio, los impuestos indirectos, que se aplican al consumo y a la energía e impuestos especiales, todavía están por debajo de la media europea.
Considerando su capacidad recaudatoria en algunos casos, y para acercar otros impuestos a la media de la Unión europea parece ser que la subida de impuestos que nos preparan para el 2011 serán sobre el IRPF, en IVA y en Impuestos Especiales, no lo dude. Aunque con los socialistas uno nunca sabe por donde van a salir.
¿No parece esto una continua tomadura de pelo? ¿No pueden los señores del Gobierno ser claros con los contribuyentes de una vez por todas?