Crisis económica europea: Estados Unidos también tiene memoria


Europa vuelve a estar al filo de la recesión. La situación económica de toda Europa es un caos y la crisis va camino a convertirse en un verdadero problema que se va a exportar al mundo entero. En esta grave crisis, Alemania es el país que está llevando la batuta de la solución europea de esta crisis, con Francia como el bufón que le rie las gracietas. Y la solución germana es por todos conocidos: equilibrio presupuestario, aumento de impuestos, disminución de salarios y que cada palo aguante su vela. Alemania, es lo único bueno que tiene, le tiene terror a una alta inflación. Porque Alemania tiene memoria, y en su memoria colectiva tienen presente que fue una hiperinflación, por jugar con su moneda, lo que hizo posible que alguien como Hitler llegara democráticamente al poder. Además en Alemania hay un debate público, que en España intentan los diarios ni mencionar, sobre la conveniencia de llevar a cuestas a toda Europa, si tiene sentido económico o no, por los costes que implica.

Crisis económica europea

Una crisis de endeudamiento privado, que surge a la vez como la  respuesta alemana (y por ende europea) a los problemas que ha ocasionado los acuerdos del Hotel Plaza donde Estados Unidos, Japón, Alemania y Francia acordaron una devaluación del dólar para hacer que Estados Unidos fuese más productivos según la teoria Miltoniana, que se ha transformado en un gran problema a escala europeo. La triste realidad es que estas decisiones enfrentan muy serias dificultades, entre las que destacan la difícil legitimación de estos acuerdos a espaldas de los ciudadanos europeos; que ya empieza a afectar incluso a los bancos centrales nacionales; así como las dificultades técnicas que enfrentan tanto el fondo temporal de rescate FEEF, como el permanente MEDE.

Pero así como Alemania tiene “su memoria”, los Estados Unidos también tienen la suya, que es importante recordar para entender el papel de los Estados Unidos en esta crisis europea

La memoria de Estados Unidos sobre Europa y, en especial, sobre Alemania

El primer recuerdo que existe sobre Alemania, es que fue el precursor de la moneda de curso legal. Fue en 1909, cuando en Alemania se discutía abiertamente sobre los problemas mundiales de entonces y se veía a futuro la posibilidad de una guerra, buscaron los alemanes una forma de poder garantizar el pago de sus soldados y proveedores de guerra y nació asi la moneda de curso legal que luego fue introduciéndose en el resto de países del mundo. Hasta antes de esa fecha, el oro era la moneda que fluía de forma natural y, bajo el patrón oro, hubiese sido imposible financiar lo que más tarde fue la Primera Guerra Mundial.

Además, la crisis de deuda europea afectará también a los bancos americanos, que tienen 50 mi millones de deuda de los países europeos y mas de 2 billones en seguros de impago de deudas (los famosos CDS) y una cantidad indeterminada de préstamos de bancos estadounidenses a bancos europeos. No pongo la moneda de la deuda, porque a esa escala da igual que sean dólares o euros (aunque las cifras sean en dólares)

La doctrina de Estados Unidos, utilizada también en la OTAN y expresada magníficamente por Lord Ismay, primer Secretario General de la OTAN, fue «To keep the Russians out, the Americans in, and the Germans down»

Es por estos motivos que Estados Unidos se ha venido involucrando progresivamente en una crisis europea que supone un quebradero de cabeza para Washington. Así, por una parte, las carteras de deuda pública europea en los seis principales bancos norteamericanos alcanzan la friolera de 50.000 millones. El primer aviso ya les ha llegado con la quiebra de MF Global, que acabó partiendo por el eje debido a posiciones de 6.300 millones en deuda europea, mientras que Goldman Sachs o Citi ya sufren en sus carnes el riesgo que suponen sus carteras de deuda italiana o española. Tampoco debemos de olvidar la macro operación protagonizada por los principales bancos centrales mundiales para suministrar liquidez en dólares a la banca europea, que se estaba quedando seca en sus líneas de swap ante las desconfianzas sobre su solvencia.

La visión norteamericana del problema europeo pasa por ser más global que la nuestra, no teniendo solamente en cuenta los riesgos financieros sobre sus bancos, sino cuestiones globales de seguridad y estabilidad. Una resolución caótica de la crisis europea apunta riesgos que los americanos no están dispuestos a asumir, siempre sumidos en la batalla interna entre su tradicional introversión frente a la necesidad de proyectar política a nivel global que garantice sus intereses.

Vista la incapacidad europea para adoptar medidas resolutivas y eficaces, la cada vez mayor presencia de los norteamericanos en el proceso no viene sino a confirmar la preocupación de los mismos por la deriva de los acontecimientos, de los cuales el intento de Papandreu de convocar un referendum encendió todas las alarmas en Washington y apoyaron la caída de los gobiernos griegos e italianos. Se ve también el largo brazo de Washington con el desmantelamiento en apenas 48 horas de la disidencia abanderada por Alemania para la constitución de un núcleo duro, así como el ablandamiento de Hungría, Suecia y república Checa, en sus reticencias a suscribir el tratado de reforma.

Y Gran Bretaña, que a molestado a los europeístas, también ve sus intereses geopolíticos antes que otras cosas. Y es el primer país de Europa que ha puesto un cortafuegos a la expansión alemana dentro de Europa.

Puede que en Alemania tengan en su memoria colectiva la hiperinflación de Weimar, pero que sepan también los alemanes que Estados Unidos tiene su propia memoria colectiva, y no se olvidan de los peligros de una Alemania unificada que va camino a imponer financieramente lo que Hitler quizo imponer con los tanques.


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