Las dudas de Europa: Por qué fracasará el nuevo plan de recapitalización europeo


Europa está en ruinas. Lo sabe todo el mundo, y cada vez más economistas lo están sacando a la luz. Mientras que en la arruinada España las medidas económicas están dormidas hasta después de las elecciones del 20-N, en el resto de Europa han terminado por reconocer que el FMI no se equivocaba: El Sistema Bancario Europeo está quebrado en la práctica y necesita una nueva recapitalización.

Crisis bancaria europea

Lo primero que hay que mencionar sobre el sistema bancario Europeo es que es el mercado más intervenido por los políticos europeos y todos los gobiernos nacionales. Los gobiernos fijan el capital que deben tener, donde pueden invertir, que pueden hacer, que no pueden hacer, etc. Esto hace que, en la práctica, los bancos funcionen dentro de lo que en economía se conoce como un mercado oligopólico. Donde, además, cuanto más grande sea el banco, menos posibilidades de que el Estado le deje caer, con lo que existe una competencia loca por ganar tamaño. Porque la contrapartida a tanta regulación es que los Estados garantizan una parte de los depósitos de los ahorristas; aunque en la práctica garantizan el 100% de los depósitos siempre que el Estado se pueda permitir endeudarse para devolverlos.

El motivo de esa falta de capital, para quienes no lo sepan, tienen 2 componentes, que tienen en común el no-reconocimiento de las pérdidas ocasionadas por las malas inversiones de los bancos europeos debido a la manipulación de los tipos de interés por parte de los bancos centrales de todo el mundo, y principalmente para nuestra desgracia de los bancos centrales de Estados Unidos y Europa.

El primer problema que se han encontrado los bancos ha sido las malas inversiones realizadas en todo tipo de inversiones ruinosas: los paquetes de basura inmobiliaria de Europa, la financiación del viviendas en España e Irlanda, etc. Aunque han sido inversiones en principio productivas, y que deberían haber servido como base de futuras plusvalías para los bancos, resulta que el excesivo dinero invertido ha ocasionado que se realicen muy malas inversiones lo que hace que en vez de plusvalías, se necesite capital para reconocer las enormes pérdidas que van a ocasionar a los sistemas financieros de toda Europa.

El segundo gran problema es que la banca ha descubierto, luego de 8 años del sueño del Euro, que la deuda pública no es una deuda libre de riesgos. Dado que los gobiernos europeos viven en un régimen de deficits permanentes gracias a un estado del bienestar inasumible, tuvieron la genial idea de valorar el riesgo de la deuda pública en cero, para que los bancos pudiesen comprar mucha más deuda pública de la que era conveniente. Esto generó incluso algunos bancos como Dexia, 2 veces rescatado, que se dedicaba a invertir mayoritariamente en deuda de los estados europeos. Y cada vez más, gracias a las políticas Keynesianas que se han aplicado en Europa al principio de la crisis, y a la necesidad de recapitalizar a la banca, resulta que ahora los Estados Europeos están cada vez con mayores problemas de financiación. Esto llevo a quebrar a Irlanda, y está haciendo que Francia vaya a perder su preciada triple A de calificación. Y como la deuda pública no es libre de riesgos, ahora resulta que no tienen provisiones con las que afrontar las pérdidas que vayan a aflorar de la deuda pública.

Pero la codicia ha puesto de relieve otro problema en el sistema financiero europeo: Se han sobreapalancado. Con un sistema financiero europeo donde de cada 25 euros de préstamos, 1 euro es capital del banco y 24 euros es dinero prestado que el banco en algún momento tendrá que devolver, la probabilidad de impacto de de inversiones fallidas en el balance es enorme, tan grande que es posible que consuma todo el capital del banco con unas pérdidas pequeñas del 4% ó 5%. Pero ese es el promedio. Hay muchas entidades francesas y alemanas que sobrepasan el 50 a 1.

Algunos me podrán decir que la banca española es diferente, que su participación en productos financieros europeos y estadounidenses es baja, así que han gestionado mejor el riesgo que la banca francesa o alemana y por ende sus necesidades de capitalización por el problema de las malas inversiones es menor. ¡Esto es mentira! El sistema financiero español no ha invertido mucho en deuda pública, ni paquetes de bonos basura o ese tipo de inversiones porque tenía todo su capital comprometido en el negocio más rentable hasta el 2006: el sector inmobiliario español. Han pedido capital al mundo entero para seguir invirtiendo en ese sector cuando el ahorro español ya no era capaz de soportar dichas inversiones. Y ahora resulta que debemos unas 4 veces el capital de todo el sistema español al extranjero para tapar el agujero de las inversiones ruinosas en aeropuertos vacíos, AVEs que no van a ningún sitio edificaciones imposibles de terminar y mucho suelo urbanizable que debería tener un reflejo de valor contable de sólo el 10% de la inversión y un largo etcétera.

Los famosos test de estrés europeos

Hasta el momento, las autoridades europeas han realizado dos pruebas de resistencia (stress test) a la banca europea fin de evaluar su capacidad para superar la compleja situación económica que vive la UE. Pero hay que recordar que las variables de dichos test de estrés son decididos políticamente; es decir, no guardan ningún criterio con las valoraciones de mercado ni con la realidad económica; así como deben ser variables que no afecten “la credibilidad” ni “el honor” de ninguna de los 17 estados de la eurozona. Esto hace que hasta ahora hayan sido un gran fiasco, si el objetivo era descubrir la banca europea con problemas y demostrar que el resto de la banca era solvente.

Además, hay que tener muy presente que estos famosos test de estrés no lo pasan todos los bancos de Europa. Sólo tienen que acudir un mínimo del 60% del sistema financiero de cada país. La lógica de esto es porque, en teoría, para llegar a ese porcentaje es necesario que se auditen a los principales bancos de cada país, y que los bancos no auditados no tendrían un impacto significativo en cada país en caso de quebrar. Esa es la palabrería europea sobre la que se enmascara la siguiente mentira: En Alemania y otros países no quieren que todos sus bancos y cajas de sus lander pasen por esos test de estrés, porque demostrarían lo mal que están y hacen que sólo pasen sus bancos estrellasEl Caso de España es algo distinto: no se sabe el daño que puede ocasionar la burbuja inmobiliaria en cada uno de los bancos y cajas españolas. Ese es el motivo por el que el Banco de España suele obligar a casi todos los bancos y cajas a pasar por el test de estrés.

El primer test estrés demostró un sistema bancario europeo en general robusto, con bajas necesidades de recapitalización para beneplácito de nuestros políticos europeos, lo que ocasionó que los inversores valoraran mejor a los bancos europeos cuando salió. La realidad se vio unos meses después, cuando uno de los alumnos aventajados, el sistema financiero de Irlanda, llevó al país a la quiebra y al rescate posterior por parte de la Eurozona y Gran Bretaña a dicho país.

Sobre el segundo test estrés poco que decir. Se realizó en julio de este año y su escenario pesimista ya ha sido superado por la realidad. Y un banco que se suponía bien capitalizado, como Dexia, ha tenido que ser rescatado encendiendo todas las alarmas europeas y poniendo en jaque a toda la banca francesa.

Todo esto ha demostrado que los famosos stress test fueron una farsa ya que, en realidad, pintaban un escenario excesivamente optimista. La clave de su fracaso radicó en negar la posibilidad de que se produjeran quiebras soberanas en el seno de la Unión a través de diversos trucos contables como, por ejemplo, no contabilizar a precios de mercado los bonos que acumulaban en sus balances, o no contemplar quitas de ningún tipo en los países rescatados (Grecia, Irlanda y Portugal) o en graves dificultades financieras (España e Italia); así como no poner un riesgo correcto en las valoraciones de la crisis hipotecarias.

El nuevo test de estrés para la recapitalización europea

Con la gran cantidad de datos e ideas expuestas anteriormente, creo que podrán entender por que mi convencimiento de que la nueva recapitalización europea va destinada nuevamente al fracaso: sin valoraciones de mercado, todo esto es un nuevo fraude que nos va a costar un dineral a todos, para volver a quebrar en el futuro.

Aunque mejoran la valoración del riesgo, y resulta que por ese motivo le faltan 100mil millones de euros al eurosistema financiero, resulta que nuevamente todo es política y que todo esta alejado de la realidad. Aunque ahora ya se reconocen algunas quitas, el intento inicial de valorar las deudas públicas a precio de mercado para saber la realidad han causado pánico y miedo en toda europa y se ha dado marcha atrás. En España han hecho “una cuestión de honor” que no se valore el riesgo del 20% de provisión para la deuda española. Ahora resulta que sólo será un 5%, al igual que la italiana; aunque el FMI esté preparando por detrás líneas de crédito para ambos países para apuntalar su liquidez.

Eso sí, para “curarse en salud”, dado que todos saben que los planteamientos son falsos y las ocultaciones contables permitidas -es decir, para rizar el rizo- han tenido la brillante idea de aumentar el capital mínimo de los bancos del 5% al 9%. Y digo han tenido, porque a día de hoy no se sabe si realmente va a ser 5%, 7% o 9%.

El error, en esencia, sigue siendo el mismo en el que incurrieron las dos pruebas precedentes: las quitas contempladas podrían ser insuficientes en los países rescatados; no se aplican quitas a los bonos españoles, italianos, entre otros activos de riesgo (belgas, por ejemplo); y, además, se mantiene un sustancial maquillaje financiero al permitir que los bancos trasladen gran parte de sus bonos soberanos de sus carteras de negociación (disponibles para la venta) a las de vencimiento -los activos ubicados en éstos últimos no se valoran a precios de mercado-.

Como siempre en contabilidad, la duda de cuanto es 1+1 es cuánto quieres que sea. De ahí, precisamente, la divergencia de cifras oficiales y oficiosas. Así, frente a los 100.000 millones extra que se barajan hoy el Europa, el FMI estima las necesidades de capital en unos 200.000 millones de euros, como mínimo, mientras que entidades como Goldman Sachs calculan hasta 297.000 millones si el nivel de capital básico requerido (Tier 1) se eleva al 9% -frente a los 145.000 estimados con un capital del 5%-. Es decir, entre dos y tres veces más que la estimación oficial en los nuevos stress test.

Mientras los activos de los bancos no lleven reflejadas las provisiones, que no quitas, necesarias según el riesgo del mercado, no se tendrá un sistema europeo correctamente saneado.


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