Situación real de Europa: El BCE quebrado, Alemania y Francia al borde de un ataque de nervios


Con la crisis de la deuda griega, el temor a una desintegración de la Eurozona es cada vez más evidente. El socialdemocráta de Estados Unidos más conocido a nivel mundial, el presidente de EEUU Barack Obama, dice que el principal riesgo de Europa es Italia y España aunque el inmediato sea Grecia. Como buen socialdemócrata, habrá que perdonales esa media-mentira, o media-verdad según se mire, porque el desconocimiento y la intoxicación con información falsa suele ser su forma de actuar más común. Porque el problema está en la quiebra bancaria europea que se avecina, lo que arrastrará a la quiebra bancaria de los Estados Unidos.

Nos está tocando vivir en un mundo en deflación, el mayor terror de los Keynesianos y Friednamitas. Porque, siendo sinceros, nadie puede negar que para Occidente el peligro actual es la brutal deflación que estamos viviendo. Aunque esta deflación está viviéndose, de momento, de una forma que el gran público no percibe. Pero deflación al fin y al cabo por la cantidad de dinero que se está destruyendo en la economía. Eso si, así como cuando hay inflación no significa que todo sube al mismo ritmo, en nuestro caso deflacionario la energía y los alimentos son los componentes que menos están bajando dada la dificultad real existente en aumentar rápidamente la oferta de alimentos y energía. Lo que hace que se perciba una pequeña inflación, aunque en realidad el precio de todo este cayendo de forma “no oficial”.

Nos han machacado hasta la saciedad, que el problema se ha originado en las hipotecas subprime de los Estados Unidos. Y el genuino problema no eran las hipotecas subprime, sino un sistema financiero subprime. Un alegre casino global donde, por ejemplo, el principal banco de Alemania operaba con un apalancamiento de 53 a 1. Esto es, de cada 53 euros que enterraba en activos basura de Wall Street o prestaba a los promotores inmobiliarios de algún descampado en el sur de España, solo uno, en realidad, era suyo; los otros 52, a su vez, los había obtenido a crédito. Esto origina la histeria errática de unos mercados que reclaman, al tiempo, lo que sea y su contrario.

Europa al borde la quiebra

En menos de 30 años desde que se quitó el último extintor de deuda, el oro, el crecimiento exponencial de las deudas de todos (dado que ya no había extintor de deuda) ha aumentado de forma brutal, lo que ha ocasionado que haya quebrado el sistema financiero de occidente y que estén en peligro los ahorros de todo el mundo, incluído los ahorros chinos.

El Banco Central Europeo (BCE) está quebrado

Para quienes no lo sepan, el capital aproximado del BCE es de 50mil millones de euros. Sólo una quita de la deuda griega del 50% consumiría todo el capital del Banco Central Europeo. Es decir, a precios de mercado (market to market), el capital del BCE es negativo y por ende está quebrado.  La compra de deuda griega, española, italiana, portuguesa e irlandesa ha llenado de basura el balance del BCE, que en estos momentos es un Banco Central totalmente ilíquido y con una cartera de activos peor que la FED de los Estados Unidos.

Yo no sé aún como la ignorancia de los socialdemocrátas los hace llorar por los famosos eurobonos, cuando nos están rescantado con el dinero de europeo a todos los periféricos de una forma más cómoda que creando eurobonos. Le estamos cargando a Europa, a través del BCE, nuestra deuda que no la quiere ni Dios. Y en lugar de quedarse callados, arremeten contra todo.

Ya no hay forma de evitar una próxima recapitalización del BCE y esto es algo que se está ya discutiendo en toda Europa, aunque como siempre la censura de la prensa española hace que esta información casi no se comente en España. La única solución que tiene Europa para hacer una recapitalización por la puerta de atrás, ya saben como les gusta a los europeos hacer todo por la puerta de atrás, es que se termine por aprobar el nuevo Fondo de Rescate Europeo y que dicho fondo compre al 100% de su valor los activos deteriorados del BCE.

Francia y su crisis bancaria

Los bancos franceses están en la práctica quebrados. Ya empiezan las quejas de organismos internacionales al declarar que la banca francesa esta realizando la valoración de sus activos no por el valor de mercado, sino por unas complejas fórmulas que les permiten ocultar las enormes pérdidas que están sufriendo.

Por supuesto, las agencias de rating estan con la mosca en la oreja, intentando evitar quitarle la calificación AAA a Francia para no terminar de hundir a sus sistema bancario. Pero la situación está cada vez más al límite y es probable que pronto termine perdiendo su AAA, como insinuan muchos de esos rumores que se declaran infundados pero luego, ohh casualidad, resultan ser del todo cierto.

Se supone que Francia es el otro país grande de la Eurozona con capacidad de ayudar a los periféricos. Pero no nos engañemos. Los franceses tendrán que gastar una burrada de dinero para rescatar a su sistema bancario y la vez evitar quebrar como Irlanda por rescatar a su sistema bancario. Eso o perder del todo el ahorro francés. Y los políticos franceses son conscientes que los rumores sobre su solvencia son totalmente ciertos no tanto por su situación actual, que dentro de todo lo malo no están tan mal, sino por el coste brutal al que van a tener que hacer frente para rescatar a su banca y los millones de euros que van a tener que poner para intentar rescatar parte del dinero dilapidado en ladrillo y suelo español y otras delicias griegas.

Alemania: El motor europeo con el riesgo de perder sus ahorros

Alemania que se supone es la potencia europea que puede librarnos de todos los males, gracias su supuesto ahorro, pasa una situación realmente caótica; aunque nadie quiere comentar esta realidad. Su sistema financiero está apalancado en 50 veces. Se han endeudado para enterrar ese dinero en suelo español, en pensiones griegas a muertos y en otra serie de inversiones nada lucrativas. Y el resultado da francamente miedo. Porque el miedo se ha instalado en el mercado, y empiezan a exigirle a los bancos alemanes que devuelvan lo que han obtenido vía créditos, lo que no pueden hacer porque está enterrado en ladrillo español una parte importante y todo se va complicando más con cada día que pasa.

Por este motivo, tenemos a la buena de Angela Merkel intentando salvar los muebles alemanes, la verdad que los europeos parece que le importan un pito, sin decir claramente que Alemania ha perdido todos sus ahorros y que encima tendrán que poner dinero de impuestos para arreglar su problema bancario. Este desconocimiento hace que los alemanes, que aún no perciben del todo el peligro, se muestren reacios a soltar más dinero para los países de la periferia europea y con ello se acrecienta el temor de que, en un momento determinado, la única solución que ven en Alemania para evitar que los ahorradores alemanes vean en sus cuentas más pérdidas es recapitalizar sus bancos con los impuestos. De esta forma las pérdidas se repartirían, piensan ellos, de forma mas uniforme entre todos los alemanes y entonces las quejas contra el gobierno y los bancos no serán tan grandes. Aunque ésto le cueste a Angela Merkel su puesto como presidenta.

Conclusión

La conclusión que se puede sacar de nuestra verdadera situación es que todos los países de la Eurozona están quebrados. Unos más, otros menos, pero por los vasos comunicantes financieros, al final la realidad es que ningún país europeo va a poder escapar de cuantiosas pérdidas. Es cierto que países como Alemania, por la gran cantidad de dinero que ingresa por sus exportaciones está mejor preparado que otros para soportar las pérdidas. El problema va a ocurrir cuando los ciudadanos alemanes se den cuenta de la gran cantidad de dinero que han perdido debido a las nefastas inversiones de sus banqueros. Ésto es lo que Merkel y gran parte del norte de Europa intentan evitar: que se vea que se ha perdido el ahorro del norte de Europa.

En Estados Unidos ven como está el percal europeo y empiezan a salir como locos de todo lo que suene Europa, porque ven que no hay ningún país seguro en la Eurozona. Y, de forma sorprendente, se están cerrando todas las líneas en dólares para la banca europea en los Estados Unidos de forma tan evidente, que hasta los organismos públicos americanos están acojonados de la que se puede liar allí si cae parte del sistema bancario Europeo.

Cuando caiga Grecia, da igual si es antes o despues, el siguiente país que puede ir despidiéndose de la Eurozona es Portugal. Habrá que verlos huir de Portugal en estampida cuando Papandreu instaure el inevitable corralito. Una escena tan previsible como la que le habrá de suceder: la retirada de depósitos en los bancos lusos, que dicho sea de paso, empieza a ocurrir. Antesala de la no menos previsible declaración de suspensión de pagos. Una plaza, ésa de Lisboa, en la que la banca privada española se juega setenta y cinco mil millones de euros.

No he querido comentar más cosas de España, porque nuestra situación es mucho más graves de lo que cuentan, y la verdad que viendo como está el percal Europeo, creo que ya pueden hacerse una idea de lo mal que vamos y lo mal que nos va a ir. Aunque si se gestiona todo correctamente y nos dan tiempo para ordenarnos, es posible que nos terminen salvando para que el resto de Europa se salve. De hecho, ni siquiera los más optimistas descartan que España pueda necesitar financiación extraordinaria –como ya está recibiendo ahora mismo– del BCE o del FMI para no suspender pagos.


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