Quiebra económica mundial: El agonizante fin de la moneda de curso legal


Luego de un mes de Agosto de locura, el miedo a una nueva recesión mundial en los países industrializados parece ir cobrando fuerza. La temida W del crecimiento mundial parece acercarse cada día un poco más. Además,  la crisis que se inició con los fraudes bancarios y corrompió las finanzas públicas con los engañosos planes de rescate, vuelve ahora al sistema bancario con la diferencia de que esta vez no hay escapatoria dado que los gobiernos agotaron todas sus municiones.

La avalancha ha comenzado a rodar y será dificil de detener dado que en este proceso de largos cuatro años no ha habido ningún tipo de avances hacia la economía productiva y todo el apoyo ha sido hacia el desmedido e improductivo mundo financiero. La inexistencia de avances lo demuestra el alto desempleo, que se acrecentará en los próximos meses con los despidos masivos y el cierre de nuevas empresas. Esto es lo que tiene a la economía estancada, mientras otros temas son ocultados al ciudadano. Sólo cuando la situación se revierta y se asuma que lo relevante para la estabilidad económica es el nivel de empleo, podrá llegarse a un punto de inflexión que marque un cambio.

El peligro de los derivados

Los famosos “derivados” son un gran peligro para la economía mundial. Estos productos financieros nacen con el objeto de poder diluir los riesgos en los distintos tipos de inversiones. Aunque muchos no lo sepan, estos “seguros” no funcionan como un seguro convencional. En un seguro convencional, por ejemplo un seguro de vida, hay un capital asegurado que se paga a los herederos de un fallecido en caso de fallecimiento por muerte natural y/o accidental del asegurado. Este tipo de seguros tiene un sentido: proteger a los herederos del fallecido contra la imposibilidad mantenerlos (o proporcionarles un mejor nivel de vida) en el futuro con su trabajo. Y en general, los seguros intentan cubrirnos de aquellos aspectos que no podemos controlar, como fenómenos naturales, sequías, muerte, etc.

Los derivados, por ejemplo los seguros contra el impago de deudas soberanas, los famosos DCS, no necesitan una deuda previa que proteger. Se pueden crear financieramente y especular con ellos sin que exista ese “algo” que se supone que protege. Hay otros que pueden parecer más naturales, como la protección contra el tipo de cambio de las monedas, o la protección contra el aumento de los tipos de interés. Pero estos seguros juegan con 2 variables que se encuentran fuera del azar o de un fenómeno natural: dependen exclusivamente de los bancos centrales y en última instancia de los gobiernos de los distintos países. La explosión de los productos derivados, que suman más de 300 billones de dólares, causarían sin duda una gran crisis económica.

Aunque parezca mentira, este monstruo es defendido por muchos de los que se llaman “economistas liberales”. Por ejemplo si alguien lee la opinión de algunas personas relacionadas con el Von Mises Institute o el sitio web de Lew Rockwell, terminará con la impresión de que los $ 300 billones de derivados es benigno, mal entendida e injustamente difamados. Los derivados, según todos los keynesianos y muchos economistas supuestamente liberales, son buenos porque permiten a los bancos, las empresas industriales y particulares para transferir el riesgo a los especuladores que están dispuestos a asumirla. Supuestamente se trataría simplemente de la “división del trabajo” comentado como el origen de la eficiencia económica de la que Adam Smith habló.

Aunque algunos más sensatos les tienen pavor. Como Warrent Buffet que los ha denominado “un arma financiera de destrucción masiva, llevando peligros que, aunque ahora latentes, son potencialmente letales” (“a financial weapon of mass destruction carrying dangers that, while now latent, are potentially lethal”).

Es una cosa es que sobre los hombros de los especuladores se lleve el peso de los riesgos creados por la naturaleza a cambio de una rentabilidad. Hay gente preparada para lidiar con estos riesgos, por ejemplo, en el caso de los mercados de futuros de productos agriculturas. Otra cosa es si los riesgos han sido creados por el hombre (es decir: el gobierno). En el primer caso, la especulación tiene un papel legítimo, en el segundo, la palabra “especulación” es un término equivocado. El tratamiento de los riesgos creados por los gobiernos no es una especulación: es un juego de azar. El no hacer esta distinción hace que juguemos en las manos de los enemigos del libre mercado. Los Friednamitas y Keynesianos sugieren que la especulación en divisas y futuros de las tasas de interés tiene un efecto de ‘estabilización’ sobre estas tarifas, al igual que la especulación en futuros de granos la tiene en precios de los cereales. El mensaje es que no hay nada de qué preocuparse. El régimen de moneda inconvertible está aquí para quedarse y va a crear sus propias instituciones para hacer frente a los problemas económicos que se van presentando. Con lo que al final, como suele pasar, crean nuevos problemas intentando corregir los anteriores y debido al abandono del libre mercado terminamos todos más empobrecidos cuando, es su desesperación, empiezan a crear burbujas para que la gente no perciba la brutalidad de riqueza que están destruyendo. Si es necesario se dan premios Nobel u otros galardones académicos para intentar convencernos de lo bueno que son haciendo lo suyo, cuando lo único que consiguen es que sus brutalidades las paguemos todos en forma de mayor pobreza.

Pánico bancario: Estamos en niveles pre-Lehman

Tal como la quiebra de Lehman del año 2008, el mercado ya anticipa nuevas quiebras bancarias dando cuenta que un retorno del momento Lehman resulta inevitable. Esto lo señalan los propios jerarcas del sistema, desde Josef Ackerman (jefe de Deutsche Bank) a Christine Lagarde (jefe del FMI), y Robert Zoellick (jefe del Banco Mundial), demostrando que los bancos son el gran problema europeo y tienen a todo un continente sobre un depósito de dinamita, agobiado con los traumas del endeudamiento masivo.

Dinero que guardan los bancos en la Reserva Federal
Dinero que guardan los bancos en la Reserva Federal

Como muestro en la gráfica superior, los bancos europeos prefieren depositar su liquidez en la Reserva Federal de Estados Unidos antes de dejarlo en la custodia de otro banco europeo. Nótese que desde mediados de julio, cuando se inició la tensión contra España e Italia, la suma de depósitos de los bancos europeos en la Fed ha aumentado al doble (de 50 mil a 100 mil millones de dólares) en un prolegómeno de similares características al momento pre-Lehman de septiembre de 2008.

Si los problemas de Estados Unidos son el alto desempleo y un endeudamiento que supera al PIB (14,3 billones de dólares), situación que lo tendrá en una situación de estancamiento durante al menos una década, la crisis europea pasa más por los profundos desequilibrios monetarios de la eurozona. La existencia de estos desequilibrios permitió a la banca alemana hacer el gran juego mientras duró la fiesta del consumismo y el derroche (para algunos, está claro). Ahora viene el abandono de ese modelo de derroche para adaptarse a una situación de austeridad y de bajo crecimiento económico. Lo que impide que este tránsito sea ordenado y normal es la gran deuda que acumuló la banca y luego los gobiernos a ambos lados del Atlántico. Y con bancos que presionan con sus huestes de sicarios para la devolución de ese falso dinero que inventaron.

En las actuales circunstancias, basta la quiebra de un solo banco importante para que todo el sistema financiero quede atrapado en una peligrosa espiral descendente y de difícil salida. Parte de este miedo lo muestra el elevado costo de los bonos de deuda soberana de Grecia que, a dos años, alcanzan el 50% de interés. También las presiones que se ejercen sobre Italia y el trámite de su deuda. Lo más insólito es la presión que ha comenzado a recaer sobre Francia, el siguiente en la lista de los países amenazados. De ahí la prisa de los millonarios franceses por apuntalar al gobierno e impedir la bancarrota gala.

Europa, además, tiene el problema del terrible intervencionismo en la publicación de las cifras económicas. Porque lo que nos presentan como déficit no es déficit, sino solo un gran porcentaje del mismo. Eso hace que España, por ejemplo, aparezca sólo con un 62% de deuda pública medida según los estándares de Mastrich; aunque la deuda pública real de España, lo que realmente se debe y sobre lo que paga intereses, alcance ya al 100% del PIB.

En España se avecina un caos bancario que no hay FROB capaz de sacar a toda la banca de la ruina. El ahorro en el primer trimestre 2011 ha caído al 4,4% de la renta disponible (9.240 millones), casi la mitad que hace un año, cantidad que ya es insuficiente para abordar el pago de las hipotecas (13.030 millones). No sé si se dan cuenta de las implicaciones tremendas que este hecho tendrá sobre el consumo y la morosidad en los meses venideros. Un incremento de la morosidad que pondrá en peligro no solo la mayoría de cajas, sino en riesgo cierto los escasos ahorros de millones de familias.

Además, con la salida de CaixaBank, Bankia y otras rarezas permitidas por el Gobernador del Banco de España que ya debería estar en la cárcelo por lo de la CAM, se han generado unos “bancos malos” donde se ocultan casi lo dos tercios de la subprime española, crédito a proveedores y constructoras, que supone más de 500.000 millones, y donde no recuperan más de un tercio.

Y además tenemos aún los 400.000 millones adeudados al exterior por las cajas, que están refinanciando con aval del Estado porque no pueden pagar. Esto no es solo incompetencia, esto es un expolio. ¿Quién se va hacer cargo de esto Sr. Gobernador del Banco de España? ¿Quién responderá del desastre si los culpables, en lugar de ser procesados, se han ido los “bancos buenos” con sueldos de escándalo?

Situación de España a finales de agosto de 2011: 6 millones de parados, en recesión y con una deuda pública de más del 100% del PIB y con un endeudamiento total de más del 400% del PIB

La situación de España, para quienes les cueste creer que vamos tan mal, es francamente terrible. Intervenidos de facto, formalmente no lo quieren hacer para no aumentar el pánico, luchamos por sobrevivir con un gobierno que no deja de hundirnos en la miseria, con unos sindicatos que se olvidan del empleo y solo quieren más teta estatal, y con la desinformación causada por todos los grupúsculos de la izquierda. La deuda bruta de España supera el 400% del PIB, la pública el 100% sumando todo, deuda computable y no computable, deuda con proveedores, avales al sistema financiero que en su  mayoría jamás serán devueltos, y estimación de la deuda territorial oculta, a la vista de lo encontrado con los cambios de gobierno.

El paro supera los seis millones, sumando a la EPA los dos grandes colectivos excluidos: parados “desencantados”, aquellos que en la semana anterior a la encuesta no buscaron activamente un trabajo, entre 400.000 y 500.000, y que el INE clasifica como inactivos; y parados que la nueva metodología de encuesta califica de empleados a tiempo parcial, a mayor gloria de Zapatero, entre 500.000 y 600.000.

El endeudamiento público sigue subiendo sin control. Y la situación de España una catástrofe absoluta: el gasto público casi dobla los ingresos por cuarto año consecutivo, porque CCAA y ayuntamientos parece que no se han enterado de la crisis, y lo que es peor, la Seguridad Social ha entrado en una espiral de déficit insostenible; agosto ha sido terrorífico con 138.800 afiliados menos. La carga de intereses supera el 3,5% del PIB, incluyendo las administraciones territoriales, no hay financiación para empresas y familias y el crecimiento cada vez menor.  Sobre el pobre crecimiento de la economía española, no hay dato que cuadre. Formalmente estamos creciendo a una tasa oficial de 0,7% interanual, 0,2% en el último trimestre. Pero si medimos el crecimiento a través de indicadores independientes, en realidad estamos en una brutal recesión de entre el -3% y el -4%, que además han empeorado en los últimos meses debido a la debilidad de la demanda mundial.

A la vista de la situación, Merkel y Sarkozy autorizaron al BCE la compra masiva de deuda española, un rescate encubierto, lo que aliviaría de inmediato la presión de los mercados sobre la misma y haría bajar la prima de riesgo por debajo de los 300 puntos. Pero no sería gratis. La condición que ya conocemos para recibir dicha ayuda, aún hay muchas otras cosas que nos ocultan, era un techo constitucional al gasto público; porque en el resto del mundo la Constitución es algo sacrosanto, sin darse cuenta que en España la casta política parasitaria se fuma un puro con ella. Zapatero no tuvo más remedio que aceptar, pero luego de la mano de Rajoy improvisaron una chapuza monumental y evitaron cuantificar el límite en la Constitución, donde quedará como otra vaguedad más. Lo cuantificarán en una futura Ley, y para colmo, el límite, el famoso 0,4%, es solo para el déficit estructural, es decir, cuando exista pleno empleo. PSOE y PP caminando de la mano contra el control del déficit español que nos marcan desde Bruselas, condenando a los españoles a la mayor de las pobrezas.  Pretendían, as usual, engañar a los mercados, pero me temo que esta vez no cuela: la demanda de deuda soberana cayó el jueves un 40% y solo se salvó porque las entidades colaboradoras del Tesoro obligaron a comprar a sus Fondos. Y mientras tanto las autonomías pidiendo auxilio a gritos. Un deterioro que parece imparable.

Para concluir, no quiero dejar de mencionar que la verdadera situación de España da miedo y las cosas van a ir a peor.Tal como decía Juan Roig, presidente de Mercadona, a principios de año “lo único bueno de 2011 es que será mejor que 2012”.


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