La banca sufre con la deuda publica española e intenta ocultarlo


Los bancos y cajas españoles tiene actualmente algo más de 150 mil millones de euros en deuda pública española. Y cuentan con cerca de 200 mil millones de capital propio. Esto nos puede hacer entender el problema que puede representar cualquier cambio en la valoración de la deuda pública española que tiene el sistema financiero español.

El sector bancario español ha empezado a sentir desde abril la presión en su cartera de deuda pública por las subidas de los tipos de interés de dicha deuda debido a la errática política económica de ZP. Muestro un gráfico de Expansión.com donde se puede ver como se ha ido acumulando deuda y como han ido cayendo los fondos propios del sistema bancario.

Fuente: Expansion.com

Como el valor de los bonos se mueve de forma inversa al interés, las minusvalías han ido aumentando hasta el mes de junio, cuando el diferencial de la deuda española respecto a la alemana superó los 220 puntos y llegó hasta el 4,88%. En teoría, con la caída del riesgo es posible que estas minusvalías se reduzcan e incluso puede que desaparezcan.

Situación excepcional para evitar mostrar las pérdidas en los balances

Como la normativa deja un pequeño agujero (léase boquete) para escapar a la valoración de activos a precio de mercado, los bancos y cajas españoles quieren agarrarse a él. La normativa  sólo obliga a la banca a sanear las minusvalías de esta cartera con cargo a sus resultados cuando exista una evidencia objetiva del deterioro del título, que no necesariamente se produce por una pérdida de valor por circunstancias excepcionales de mercado. Y he allí el boquete del que intentan agarrarse para no reflejar las minusvalías en sus carteras: las circunstancias excepcionales.

Si el Banco de España cede a la presión de bancos y cajas, estos activos ya no se valorarían a precio de mercado, con lo cual se librarían de este pequeño problema en sus balances, ya que valorarían los activos a precio de compra.

Yo puedo entender que  los mercados de deuda estén con los nervios a flor de piel y los tipos de interés subiendo y bajando de forma considerable mes a mes; pero creo que la banca no debería intentar ocultar que estas fluctuaciones les están ocasionando pérdidas (o reducción de utilidades). Porque sino, vamos a seguir desconfiando de los cadáveres que tienen los bancos y cajas en sus armarios y que seremos incapaces de descubrirlos a través de sus balances.


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