La misión imposible de España: Crecer con un fuerte endeudamiento / desapalancamiento


El reto de España es lograr el crecimiento de una economía que se encuentra en un desapalancamiento brutal de su sector privado (tanto a nivel de particulares como de empresas) con un fuerte endeudamiento del sector público, lo que ocasiona que como país siga enormemente endeudado.

España va a ser el único país del mundo desarrollado que seguirá en recesión en 2010. Así lo afirma el FMI en sus últimas previsiones de coyuntura, en las que pronostica una caída para nuestro país del 0,6%, mientras que para la Eurozona y Estados Unidos prevé un crecimiento del 1% y del 2,7%, respectivamente. Y para los próximos años se espera un crecimiento de España menor al de la zona Euro, FMI dixit.

Pero, ¿por qué España tiene este ajuste tan brutal? La respuesta parece estar, según el analista John Mauldin, en nuestro endeudamiento. En contra de lo que afirmaba Pedro Solbes -el peor ministro de Economía del úlitmo siglo en España- que nos aconsejaba en la primavera del 2007 seguir endeudandonos para aumentar nuestra riqueza, parece que tenemos una “recesión de desapalancamiento“. Hay que tener en cuenta, que España es actualmente el país más endeudado a nivel de PIB del mundo mundial. Tenemos un endeudamiento del 282% de nuestro PIB: 129% del PIB empresas, 88% familias o 125% de su renta disponible, y 65% AAPP y seudoempresas públicas. El desapalancamiento ha comenzado en la parte privada (empresas y particulares) y va a continuar, lo que convierte en delirantes las previsiones de consumo e inversión de los PGE de 2010, pero ha seguido creciendo sin límite en la parte pública.

Creer que la insistencia en una política de gasto público y endeudamiento, que ya se ha traducido en que España ocupe el peor puesto en empleo y en crecimiento económico del mundo desarrollado, pueda ser la vía de una rápida recuperación es una muestra de optimismo tan insuperable como irresponsable. Una de las posibles explicaciones: la productividad marginal de la deuda, criterio perfectamente explicado por el profesor Antal E. Feteke. Si la productividad marginal de la deuda se mantiene negativa, cualquier aumento de la deuda va a ocasionar una disminución en el PIB. Pero si nuestra economía mejora un poco (debido al ajuste que ya se ha producido) y la productividad marginal de la deuda se vuelve positiva pero sigue siendo menor a 1, es decir que por cada euro adicional de deuda producimos un aumento menor a 1 euro en el PIB, sigue siendo economicamente una locura el que nos sigamos endeudando.

Por el lado empírico, John Mauldin hace referencia en su análisis al estudio del McKinsey Global Institute que muestra que los procesos de desapalancamiento han durado de media un poco más de 6 años en 45 casos posteriores a 1930, durante los cuales el crecimiento ha sido prácticamente nulo, y cuando este proceso se prolonga, ha acabado siempre en una grave crisis financiera. Según el estudio McKinsey, existen cuatro arquetipos de desapalancamiento:

  1. Austeridad o “apretarse el cinturón”
  2. Quiebras masivas
  3. Inflación elevada
  4. Un crecimiento rápido del PIB.

Si intentamos ver que podemos esperar en el caso español, por lo que nos dice el FMI y el BCE, las opciones 3 y 4 estarían descartadas para el caso español, lo que nos lleva a pensar que el ajuste vendra guiada por los arquetipos 1 ó 2.

El estudio habla de varias fases de ajuste. En la primera, comienza la caída de la economía pero ésta todavía sigue apalancándose (1-2 años); en la segunda empieza el desapalancamiento y el crecimiento del PIB es “significativamente bajo” (2-3 años); y en la tercera la economía se recupera lentamente mientras el desapalancamiento continúa (4/5 años). Añade también que el crecimiento del endeudamiento público, y cita a España específicamente, puede contrarrestar las reducciones de deuda de familias y empresas, y concluye “vemos el riesgo de que algunas economías -España obviamente- pueden permanecer altamente apalancadas, lo que crearía unas perspectivas económicas muy frágiles y altamente inestables a lo largo de los siguientes 5 o 10 años”.

¿En donde estámos? Para empezar, seguimos en la primera fase, “caída de la economía mientras sigue el apalancamiento”; es decir, ni siquiera hemos empezado los años de “crecimiento significativamente bajo”, ¡y estos mentirosos que nos gobiernan dicen que hemos tocado fondo! Y en 2010 seguiremos igual, el despalancamiento de familias y empresas seguirá, pero el gasto público crecerá significativamente, tanto que puede producirse un cambio mayor: si en algún momento del año los mercados nos cerrarán el grifo, estaríamos al borde del “default” -léase quiebra-, con un ajuste más parecido al arquetipo 2 que al 1. Pasaremos al escenario de quiebras masivas: quiebra de casi el 50% del sistema financiero, quiebra de la Seguridad Social y suspensión de pagos de España; un desastre sin precedentes en tiempos de paz.

Desde principios de año se ha producido un vuelco en la percepción internacional de nuestra economía, que contribuirá a precipitar los acontecimientos si el Estado no muestra un plan de austeridad en condiciones. Goldman Sachs, el primer banco de inversión mundial, recomienda desde la pasada semana vender la deuda española, para “protegerse ante un posible impago de la misma”. Deutsche Bank igual y en las próximas semanas lloverán los informes en el mismo sentido. Mientras, la prensa europea habla ya abiertamente de la suspensión de pagos de España junto con Grecia y Portugal. Además y en contra de todo pronóstico, la presidencia de la UE por Zapatero, en lugar de mejorar nuestra imagen, está contribuyendo a deteriorarla seriamente.

Conclusión

El gobierno de España, la oposición, las Autonomías y los Ayuntamientos deben darse cuenta de que se acabó la fiesta: ya no hay dinero. En 2009 de cada dos euros de gasto uno se financió con deuda, en 2010 serán dos de cada tres- y la capacidad de endeudamiento llega a su fin. Sólo un giro inmediato y radical, reduciendo drásticamente el despilfarro, ¡estimado en 90.000 millones de euros casi el 9% del PIB!, y el gasto corriente; cerrando las entidades financieras inviables y acometiendo las reformas estructurales esenciales, podrá devolvernos al arquetipo 1, y a cambio de austeridad, sudor y lágrimas, conseguir en 2 o 3 años iniciar la senda de la recuperación.


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