Primera medida en la Cumbre de Copenhague:Putas gratis para los asistentes ó sea sostenible y no compre sexo


Como saben, estos días se esta celebrando en la ciudad de Copenhague la Conferencia de las Naciones Unidas contra el cambio climático. Les dejo el logo de esta conferencia (creo que no lo había colgado antes):

Logo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático del 2009 - Copenhague
Logo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático del 2009 – Copenhague

Nuestros amigos catastrofistas del cambio climático, que no dudan en utilizar más de 140 jets privados y 1200 limusinas y los hoteles 5 estrellas y restaurantes de lujo -con caviar, evidentemente- y contaminar más que Cadiz (o una ciudad de 200 mil personas) mientras dure la conferencia, ya se sabe, que el resto ahorre energía y que pague la factura del cambio climático, mientras ellos disfrutan de las bondades del CO2, tal como ha publicado The Day Telegraph.

Pero tanto vino frances y whisky, termina levantando las bajas pasiones y elevándoles la temperatura coporal de tan ilustres invitados preocupados por el calentamiento global. Al parecer, los calientes ecologistas han estado contratando los servicios de prostitutas en la ciudad, lo que ha llevado al ayuntamiento de Copenhague a pedirle a los participantes que por favor, no contraten más putas con un cartel “sostenible”, como no podía ser de otro modo. Os pongo el cartel:

Cartel del Anuncio: ¡Sea sostenible, no compre sexo!

Pero claro, como la prostitución es legal en Dinamarca, el sindicato de prostitutas de la ciudad (SIO) se ha quejado y ha propuesto su contracampaña: cualquiera asistente al evento, podrá disfrutar de polvos gratis con las meretrices. Hay que cumplir 2 requisitos para disfrutar de esta oferta: la acreditación oficial como participante de la Cumbre del cambio climático y una de las postales que el Ayuntamiento reparte por sedes y hoteles pidiendo que no se compre sexo. Como dice la lolita apodada Miss Dina «Cada vez que hay una cosa de éstas, trabajamos como locas. Los políticos también necesitan relajarse después de un largo día de reuniones»


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