Riesgos económicos de España en el 2010


Hacia tiempo que no escribía nada de Economía, no porque no hubiese nada nuevo que contar, sino porque las cosas van evolucionando de acuerdo a lo esperado y no tiene sentido ir comentando cada noticia. Los sindicatos ya han salido a la calle pero para protestar contra los empresarios, que por lo que se les oye parece que han salido del mismisimo infierno y que su misión es despedir a la gente de sus trabajos en tiempo de crisis y destruir la economía española, mientras que para el gobierno todo son alabanzas.

Como siempre, el gobierno intentando decir que la salida de la crisis es “inminente”. Aunque luego nos aclaran que inminente no es de forma inmediata, sino que ya “falta unos pocos meses”. En fin, como siempre mareando la perdiz y manipulando todos los indicadores económicos.

Aqui va un resumen de los riesgos que veo para la economía española y como veo la caída del PIB durante el año 2010. Los riesgos vienen ahora de 2 lugares importantes: Grecia y Estados Unidos.

La deuda española: Nos la jugamos en Grecia

Al principio se decía en voz baja, pero muchos economistas ya en el 2007 advertían que salir de la crisis con un fuerte estímulo público, es decir, con endeudamiento de los gobiernos, haría que la crisis se trasladara del sector financiero a los Estados.

Voy a intentar explicarme un poco de cómo entiendo que funcionan los temas monetarios para que me entiendan. Sobre este tema, me encanta la visión del profesor Antal Feteke. Me parece que mejora a Von Mises, la famosa escuela austriaca, y sin duda no hay ni punto de comparación con los friedamitas y keynesianos, estos 2 últimos los encargados de llevar a Estados Unidos a la hecatombe financiera que tiene encima, y por ende al peligro de una crisis a nivel mundial sin precedentes, de la que sólo estamos viendo la punta del iceberg.

El papel moneda actual, denominado “moneda inconvertible” porque no se puede cambiar por ningún activo, está forzosamente basada en la calidad de la deuda del Estado y de su Banco Central. De esta forma, la calidad de la moneda se puede identificar con la calidad del crédito del Estado y de su Banco Central. Lo que, a su vez, es un sinónimo de la capacidad del Estado (y de su Banco Central) para endeudarse a largo plazo.

Para poder conocer la opinión del mercado sobre la medida de la solvencia, aparte de los CDS y las tasas de interés, tenemos un buen indicador:  la estructura de vencimientos de su deuda viva. Vencimientos medios progresivamente más largo indican una alta y creciente calificación crediticia. Y al contrario, vencimientos medios progresivamente más cortos significan una baja y decreciente calificación crediticia.

En Europa, a diferencia de lo que ocurre en el resto del mundo, tenemos la particularidad de tener un banco central supra-nacional -el BCE-, además del Estado. Esto añade dificultad al análisis, ya que el Banco Central Europeo puede tener una gran credibilidad debido a que en su conjunto el exceso de ahorro de los países que forman parte del Euro (como Alemania, etc.) es proporcional a las necesidades de financiación de los países con graves deficits en sus cuentas (como Grecia, España, etc.) manteniendose un cierto equilibrio. Pero aún manteniendo a nivel Europeo el equilibrio, la moneda se puede ver afectada por la quiebra de países que pertenezcan al Euro. Y los candidatos a quebrar son aquellos países con grandes finalidades de financiación. Y España es una firme candidata para seguir los pasos de Grecia, aunque le falte un par de años para llegar al nivel de endeudamiento griego.

Como el dinero es cobarde, si cae Grecia, los inversores no van a tentar suerte con España. Venderán sus obligaciones a largo plazo del estado español para evitar pérdidas, lo que ocasionará un aumento muy grande del tipo de interés. Lo quiera el BCE o no, el mercado marcará una gran diferencia entre el tipo de interés de los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España) y del resto de la Unión Europea.

Este aumento de las tasas de interés, puede llevar a España a la quiebra aún con un ratio bajo de deuda/PIB. Porque una subida significativa de los tipos de interés en España, Grecia y Portugal hará que se aumente las tensiones a nivel del Euribor y de sus tipos de interés local, lo que para España implicaría mantenerse en recesión, disminuir los ingresos para el estado español y, finalmente, acelerar la quiebra de España, además de seguir dañando al sistema financiero nacional.

Todo esto, se verá sin duda agrabado si suben los tipos oficiales del BCE o si se empiezan a retirar la liquidez que se ha utilizado para evitar que la crisis sea aún mayor. Y lo peor de todo, es que el BCE empieza con su “estrategia de salida” de la gran expansión monetaria que ha realizado.

Por esto nos la estamos jugando en Grecia. Aunque de momento, tomando las medidas oportunas de reducción del gasto, tenemos aún la oportunidad de salir airosos de este problema, convenciendo al mercado con medidas reales de reducción de gastos que no vamos por el mismo camino, podemos remediar esta situación. Aunque dudo mucho que el gobierno de ZP este por la labor.

El peligro de las pensiones y salarios de los funcionarios a finales de 2010 y durante el 2011

Este es un tema interesante, que sale en respuesta a las medidas que están tomando los países más afectados por el riesgo de quiebra. Aunque actualmente puede parecer una fantasia, dado “el cariño” que ha pedido nuestro presidente a los sindicatos y la financiación generosa del estado español con los sindicatos, la realidad marcada por los mercados y, principalmente, por la presión de Europa nos puede llevar a la baja de los salarios públicos.

El gobierno de Irlanda rebajará durante el 2010 entre un 4%-6% los salarios de los profesores, enfermeras y policías. El resto de funcionarios y altos cargos tendrán una reducción aún mayor: entre el 10%- y el 20%.

En el caso griego, las dudas que se tiene sobre su economía y el deficit que tienen actualmente, ha llevado al gobierno de ese país a plantearse unarebaja de los salarios de un 10%.

Fuera del Euro, Letonia es otro de los países con reducción de los salarios públicos y pensiones cercanos al 20%

Como veis, aunque pueda sonar irreal en España, ya está ocurriendo en Europa.

Paro en España durante el 2010

El paro, de momento nadie lo ha puesto en duda, seguirá creciendo a lo largo del 2010. La pregunta es: ¿cuánto?

Según Eurostat, estamos en el 19,3% de desempleo en noviembre, o más de 4,4 millones de desempleados. Pero según el Ministerio de Trabajo, el paro es de 3.869 personas aproximandamente.

Creo que sin maquillaje estadístico, terminaremos cerca de los 5 millones de parados el 2009, como ya había expresado anteriormente, y dependiendo de la situación económica podríamos estabilizarnos en cerca de los 6 millones de parados para el año 2010.

Crecimiento (o Decrecimiento) del PIB en el 2010

Este es un punto, actualmente, muy dificil de calcular. Debido a la gran incertidumbre de aspectos importantes como el precio del petroleo, la evolución de los tipos de interés, etc. actualmente tenemos cábalas para todos los gustos.

Por el lado más positivo, incluso más que el propio gobierno de España, UBS acaba de sacar su pronóstico para el 2010: 0,7% de crecimiento del PIB.

El valor “medio”, situa el decrecimiento del PIB español entre un 0,3% y un 0,7% del PIB.

Algunos economistas, como Alberto Recarte, creen que la caída va a ser incluso más dolorosa: entre el 1% y el 2%.

Yo creo que la caída, o crecimiento negativo del PIB como lo llaman algunos, de España durante el año 2010 va a estar cerca al 1%. El ahorro de los españoles seguirá lastrando el consumo, y el diferencial de los tipos de interés y la subida de las materias primas, además de sustos llegados desde Grecia, nos van a hacer seguir cayendo.

La gran duda para el mundo: Como va a desactivar la FED la bomba monetaria que ha creado

El origen de los problemas financieros, derivados de la practica bancaria de endeudarse a corto plazo para dar préstamos a largo plazo,  sólo se puede hacer frente a éstas monetizándolas y emitiendo deuda a corto a cambio de deuda a largo. Es importante reconocer que, ante ésto, la FED está indefensa. Cualquier vacilación por su parte en facilitar las reservas necesarias para hacer frente a los vencimientos de los bancos simplemente destruiría el crédito del gobierno americano y dentro de los Estados Unidos. Ciertamente, tal vacilación amenazaría al mercado con una inminente y enorme subida en los tipos de interés. Los obligacionistas particulares; es decir, aquellos inversores particulares que tienen bonos del tesoro del gobierno de EEUU, ansiosos por evitar mayores pérdidas, malbaratarían sus títulos. Incluso si quisieran retenerlos para el largo plazo, un descenso inminente en el precio los convertiría en vendedores. Como no se puede permitir que eso suceda, el Banco central tomará todas las obligaciones de las que el descontento público quiera deshacerse. De grado o por fuerza, el Banco Central continúa endeudándose a corto (con el público) y prestando a largo (al Estado) cada vez en mayor escala.

Según en profesor Antal Feteke, este círculo vicioso no puede continuar indefinidamente, puesto que el vencimiento medio de la deuda no puede ser negativo. El desenlace, vaticina,  llegará cuando el vencimiento medio se acerca peligrosamente a un año. En ese punto, la defunción de la moneda será un hecho consumado. No habrá más compradores de obligaciones fuera del sector financiero. Este hecho se identificará por una irreversible huida hacia el oro, el petroleo y otros activos tangibles. Puesto que un colapso crediticio ocurrirá al mismo tiempo, puede producirse una confusión semántica acerca de si el colapso es una deflación o una hiperinflación. Pero no hay necesidad de polémicas semánticas. Está claro que el colapso crediticio inducirá al desesperado Banco central a monetizar la deuda pública a una escala jamás vista. A esto seguirá una explosión en el precio del oro en dólares, referencia para el comercio internacional de mercancías. Desde este punto de vista, deflación e hiperinflación son sólo las dos caras de la misma moneda, esto es, la autodestrucción del sistema monetario y de pagos internacional, cuya primera etapa es la incapacidad del Tesoro (norteamericano) para atraer auténtico ahorro. El modo más simple de diagnosticar la fase terminal de la enfermedad es por medio del decrecimiento progresivo de la estructura de vencimientos de la deuda pública.

Siguiendo con la explicación del posible derrumbe del sistema monetario inconvertible explicado por el profesor Feteke, la iliquidez del sistema bancario ha creado una desenfrenada Torre de Babel crediticia que ya no es posible liquidar por medios ordinarios. Pase lo que pase continuará creciendo. Crecerá, desde luego, si los tipos de interés bajan; pero también crecerá si éstos suben. El anterior es un nuevo aspecto llamado “efecto Ponzi” por el profesor H. P. Minsky y consiste en lo siguiente: Los bancos, poco deseosos de llevar a pérdidas sus préstamos incobrables (ya que ello volatilizaría completamente su capital y más que su capital), convencen a sus deudores, mediante alguna que otra presión si es necesario, de que se endeuden más para poder pagar los cada vez más altos intereses. Pero los tipos de interés más altos exacerban el problema: los malos créditos se van apilando uno sobre otro.

¿Ocurrirá esto? Sin duda, el peligro actual existe. Hay mucho debate acerca de lo que se debería o no haber hecho la FED para atajar la crisis que comenzó en 2007, pero incluso si uno piensa que se requería algún tipo de respuesta monetaria expansiva, el grado de la expansión y la toma de nuevos poderes que la Fed nunca se suponía que llegaría a tener, van mucho más allá de lo que era necesario. Ahora la Fed se encuentra en una encrucijada: habiendo sobre-reaccionado a la crisis, debe desactivar ahora una bomba de relojería monetaria. El problema es que la Fed expandió enormemente la cantidad de reservas que los bancos comerciales mantienen. Dado que los bancos están inseguros a la hora de prestar en una recesión y la Fed está pagando intereses sobre las reservas, ahora mismo éstas están quietas esperando a que pase el tiempo. Estas reservas pueden convertirse en futuros préstamos, lo que llevaría a aumentar notablemente la masa monetaria y, por ende, la inflación. Pero también puede ocurrir que la inseguridad aumente por la quiebra de paises (como Grecia o España) o cualquier otro fenómeno que aumente el miedo, por lo que los bancos aumentarían esas reservas, reduciéndose la masa monetaria y ocasionando deflación. Como bien mencionaba el profesor Antal E. Feteke, 2 caras de la misma moneda: la bomba monetaria de la FED.

Normalmente, cuando la Fed quiere reducir las reservas bancarias vende bonos del Tesoro norteamericanos a bancos o intermediarios. Los compradores pagan por esos bonos, y la Fed reduce su cuenta de reservas. Esto es bastante fácil de conseguir cuando implica pequeños cambios en el nivel de las reservas. Pero reducir las decenas de miles de millones de reservas adicionales requeriría una venta masiva de bonos. El problema de hacer eso es doble. Primero, requiere compradores. Dado el elevado endeudamiento del Gobierno federal en este momento y la precaria situación de la economía estadounidense, ¿hay suficientes personas dispuestas a comprar tal cantidad de bonos gubernamentales? La respuesta del economista es, por supuesto, decir: “quizás, al precio adecuado”.

Esto plantea el segundo problema: Si la única forma de vender esos bonos es rebajar su precio, ello implicará un aumento drástico en los pagos de intereses -siendo éstos la diferencia entre el valor nominal y el precio pagado-. Esto no haría más que sumarse al ya enorme déficit público, sin mencionar el incremento del coste de pedir prestado en el sector privado que ello supondría.


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