El ex-presidente de España Jose María Aznar, es una de las personas más polémicas en el país. Hay un segmento grande de la población que le añora, y otro que le odia de forma visceral.
El ex-presidente del Gobierno José María Aznar, respondió a los insultos y abucheos recibidos, debido a su apoyo a Bush en la guerra de Irak, le llamaron ‘fascista‘, ‘asesino‘ y ‘terrorista‘, por una treintena de jóvenes durante la conferencia que ofreció en la Universidad de Oviedo con la frase: “Hay algunos que parecen empeñados en demostrar que no pueden vivir sin mí“. Y con gestos, como el que se muestra en la imagen.
Los miembros de seguridad y de la organización consiguieron impedir el paso a los miembros de la protesta, que se quedaron en la zona de las escaleras, con sus cánticos, flanqueados por efectivos de seguridad privada y por la organizadores del evento. Finalmente, el ex-presidente José María Aznar entró en el salón de actos por una puerta trasera, acompañado de líderes asturianos del PP, de forma que evitaron el contacto visual con los miembros de la protesta.
Pero no vayan a creer que no contaba con apoyos Jose María Aznar. La mayoría de los participantes en la conferencia, se dedicaban a aplaudir para acallar las críticas que le daban a Aznar, como se puede ver en la siguiente foto:
Esta vez, había ido a la Universidad de Oviedo a dar una conferencia, en su calidad de presidente de la fundación FAES, para hablar de la crisis económica. Y ¿qué dijo en Oviedo?. Su opinión muy sencilla y, que duda cabe, forma parte del diagnóstico de la crisis española de todos los que queremos una solución: cuestionó la capacidad de José Luis Rodríguez Zapatero para reclamar consensos o afrontar la crisis actual porque, dijo, «el jefe de los pirómanos no puede ser nunca el capitán de los bomberos y España necesita un gran equipo de bomberos». En su opinión, Zapatero «ni tenía ni tiene convicciones para ser presidente, ni un buen equipo, ni una política acertada» para conseguir afrontar la crisis «más difícil» que ha vivido el país en los últimos años y para cuya superación es preciso cambiar el rumbo perdido en 2004 y recuperar los valores de la transición.
Porque como siempre, Aznar habla de valores y la importancia de regir nuestros actos por la ética y la moral. He allí el principal motivo de la urticaría y la diarrea visceral que crea en la izquierda española sus palabras. Porque la izquierda no acepta hablar de moral y valores: salvo que sean “sus valores“, que no tienen, y “su moral“, que como han demostrado siempre es tan desechable como un Kleneex.
Además, su oratoria ha ido mejorando con el tiempo, tanto como su inglés, y como siempre ha sido claro al hablar, la izquierda siempre le mirará con recelo y enviará a sus cachorros a abuchearle. Porque la izquierda se puede sentir cómoda ante personas como Rajoy, que no tienen la suficiente valentía ni entereza para denunciar las cosas y prefieren un perfil discreto. Pero las personas que defienden la libertad sin miedo como Aznar, siempre serán el enemigo a batir por parte de la izquierda española y del mundo entero.