Luego de 3 años de mentiras del Banco de España, al final la verdad ha salido a la luz: el 50% del sistema financiero español -“esa manada de pequeños bancos” como los ha calificado The Economist- está quebrado. Durante 3 largos años, el Banco de España (BDE) y sus trucos contables han intentado engañar a los mercados, y ha terminado de marearse el propio BDE, con lo cual ahora no sabe ni el tato la situación real, excepto que se mire por donde se mire, las cajas de ahorro están quebradas.
Yo soy de los que cree en un sistema de Cajas de Ahorro. Pero como lo fueron antaño y siguen siéndolo en algunos lugares del mundo: gestionando sus escasos dineros acumulados con hambre, sudor y lágrimas, con una prudencia a toda prueba. Pero llegaron nuestros caciques territoriales, los dirigentes autonómicos, que politizaron su gestión conservadora , dando paso a una corrupción tan masiva e institucional que las ha llevado a la ruina económica en poco más de seis años. Y como están ahora, el sistema de Cajas de Ahorro es insostenible.
No debemos olvidar que las Cajas de Ahorro y Montes de Piedad, ligadas históricamente a instituciones de la Iglesia con la finalidad de mejorar las condiciones de vida de las clases menos favorecidas, fueron a partir del siglo XIX apoyadas por los poderes públicos para, además de fomentar y remunerar el ahorro de la clase trabajadora, poder financiar inversiones en sus regiones de origen y realizar una amplia labor social. Así financiaban la compra de grano y semillas por los agricultores y provocaban mejoras de las condiciones de vida de todo tipo. En 1835 se crearía la Caja de Ahorros de Madrid y desde entonces las cajas jugarían un papel crucial no solo en nuestra historia económica y social, sino también en la historia económica y social de Europa, donde el proceso comenzó algún tiempo antes.
¿Por que han quebrado las Cajas de Ahorro?
Roberto Centeno, en su blog, nos indica los 3 principales motivos: i) la desastrosa gestión de las personas, sin preparación alguna, puestas al frente de las mismas por los dirigentes autonómicos; ii) el inicuo, y casi delictivo añado, comportamiento del gobernador del Banco de España, cuya dejación tan absoluta de sus obligaciones más esenciales como supervisor llegó al punto que incluso la persona que defendió las reservas genéricas para prever la posible debacle, Pedro Villasante, director general de Supervisión, fue puesto de patitas en la calle por Ordóñez a petición de bancos y cajas, que las consideraban “totalmente” innecesarias aunque más tarde, unos y otros harían alarde de ellas a lo largo y a lo ancho del mundo; y iii) el peor Gobierno de España en tiempos de paz, desde la época del felón Fernando VII, un Gobierno que es el hazmerreír de Europa y que, presionado por los dirigentes autonómicos, ha dejado pudrirse el problema, mintiendo a quien le quería oír sobre la realidad de la situación.
El endeudamiento masivo de las Cajas españolas empezó entre 2002 y 2003, a final del segundo gobierno de José María Aznar y creció de forma brutal durante el primer gobierno de ZP, cuando ante la abundancia de dinero barato en los mercados financieros, bancos y cajas, pero particularmente estas últimas, rompieron su regla virtuosa de prestar solo lo que tenían con los criterios extremadamente conservadores que exigía la garantía de unos depositantes pertenecientes abrumadoramente a la clase trabajadora y a la clase media. En un tiempo realmente record, estos insensatos empezaron a endeudarse masivamente con instituciones financieras extranjeras y a prestar dinero sin la garantía suficiente, o sin garantía alguna, para financiar hipotecas o promociones inmobiliarias con la garantía de unos terrenos que no valían nada y que hoy se han convertido el mayor problema. No solo eso: los dirigentes autonómicos vieron la oportunidad para que las cajas, que controlaban férreamente a través de sus cúpulas directivas y sus consejos, financiaran los proyectos más disparatados que se les pasaban por la mente, desde aeropuertos absurdos a Terras Míticas y similares, ruinas cantadas todas ellas, o las sociedades participadas para esconder su deuda. Todo ello generaría un gigantesco agujero, suma de la gigantesca deuda exterior (753.000 millones para el conjunto del sector), más la derivada de las pérdidas ocultas en los balances, de las que no tenemos ni idea.
Ante este escenario, suena el run-run de que los bancos quieren sacar tajada. Y dicen que la banca española acaba de realizar a Zapatero una proposición indecente: “Déjese usted de nacionalizaciones, que son un lío, y a lo peor se nos cuelan entidades extranjeras y acaban introduciendo la competencia. Nosotros nos quedamos con todas las cajas con problemas, pero como desconocemos la situación real el Gobierno nos garantiza que el pueblo español se hace cargo de todas las posibles pérdidas y así podemos entrar sin riesgo”. Ya habéis escuchado algunos desmentidos, como el del BBVA y otros. Lo cual no hace sino agrandar el rumor de que todos los bancos quieren meter las zarpas en el sistema de Cajas de Ahorros, pero de momento tienen miedo porque no conocen el agujero que tienen las cajas.
Pero además tenemos al honorable President del despilfarro catalán Artus Mas, que estaba buscando la forma de que España pague la deuda histórica por la ofensa de no dejar Endesa a manos de Gas Natural a precio de saldo. Y ha encontrado la solución: Que La Caixa y el banco Sabadell crezcan a costa de las Cajas de Ahorro vendidas a precio de saldo. Y para mayor humillación del Reino de España, empezarían por Caja Madrid. ¡Lo que nos faltaba!