Perú: Sembrando la semilla de la crisis futura


Estos últimos 3 años, por diversos compromisos, he estado en Lima, Perú al menos 1 mes cada año. Lo cierto, es que siempre es un gusto ver a la familia, reencontrase con los viejos amigos y ver, desde la perspectiva de un peruano que vive hace casi 10 años en Madrid (España) como ha ido cambiando mi querida ciudad, aunque tenga el apelativo de “la horrible”. También he estado por las playas del sur, faltaría más, disfrutando de Santa María y paseando por Asia, tanto de día como de noche. Y de centros comerciales tengo que reconocer que me pasaba los días en Larcomar, una gran centro comercial y de ocio y el Jockey Plaza, que queda cerca de casa.

El desarrollo económico de Perú está siendo realmente espectacular. Ingresa gran cantidad de dinero por distintos motivos: las empresas mineras, por los altos precios de los últimos años de los minerales; la agro-industria, por las ventajas climáticas que tenemos y porque hay muchos economistas que preveen un encarecimiento progresivo de los alimentos en el mundo y empiezan a invertir; las transferencias de los que han inmigrado, que permiten aumentar el consumo de la población al tener un ingreso adicional libre de impuestos directos (eso es lo mejor del mundo) que permiten a muchas familias mejorar su calidad de vida, ahorrar e invertir; y muchos otros factores que sería largo de reseñar.

En estos 3 últimos años, he visto como ha ido aumentando la calidad de vida de los limeños y un aumento en sus salarios (desconozco el desarrollo de otras regiones ya que en mis viajes no he salido del departamento de Lima). Pero también es cierto que he visto como el nivel de precios ha aumentado. Quizá en los productos que influyen directamente en la medición de la inflación por parte del INE no hayan subido tanto; o mejor dicho, se han compensado subidas de ciertos productos con bajadas de otro. Pero, en general, Lima se ha convertido en una ciudad cara. Salir de fiesta, a comer en algún restaurante y el precio de la vivienda demuestran que hay un gran aumento de los precios de aquellas cosas que no se miden en la inflación y Lima se está convirtiendo en una ciudad en la que, para vivir adecuadamente, ya necesitas salarios tan altos como el salario español promedio.

Lima se encuentra, quizá, como estaba España hace unos 10-12 años. Desarrollandose, gracias a la masiva entrada de capital -en el caso Español proveniente de la Unión Europea- y a la vez sembrando la semilla de su propia ruina. El problema que puede tener el Perú, es que debido al gran ingreso de capitales y al aumento del deficit del Estado, se esten realizando proyectos ecnonómicamente poco rentables. Como explica la teoría austriaca del ciclo económico, la expansión del crédito del sistema de banca de reserva fraccionaria causa un auge insostenible, lo que degenera en una crisis recesiva que se encarga de liquidar los malos proyectos.

Las crisis son dolorosas, por lo que los políticos de todo el mundo intentan siempre minimizar sus efectos haciendo más difícil este reajuste y volviendo más largo el proceso de ajuste -léase crisis-, pero necesarias. La liquidación de malas inversiones es beneficiosa en el sentido de que purgan los proyectos ineficientes y redirigen la estructura de producción hacia las preferencias del consumidor, sea nacional o extranjero. Los factores de producción que fueron erróneamente usados en malas inversiones se liberan y trasfieren a proyectos que los consumidores desean con más urgencia que se lleven a cabo.

Esto ocurre porque los proyectos adicionales de inversión, en la fase expansiva de la economía, se suelen llevar a cabo sin que haya un aumento correlativo en los ahorros reales. Las inversiones se pagan simplemente con nuevo crédito en papel. Y ese es el riesgo actual de la economía peruana: que no esté creciendo en base al aumento del ahorro, sino que se esté financiando con nuevo créditos sin sustento en el ahorro del país.

La única defensa que tiene el Perú contra este proceso, que es inherente al sistema de reserva fraccionario de los Bancos Centrales en todo el mundo, es que sus tasas de interés son relativamente elevadas. Pero siguen disminuyendo. Y allí está el riesgo. Porque esas bajadas lo que significan es que se está propiciando el aumento del crédito, que no se ve compensado por el ahorro nacional. ¡Hay que tener mucho cuidado!

El pretexto que se utiliza para bajar las tasas de interés oficiales y permitir un deficit del Estado Peruano es “mantener el crecimiento”. Y sí, durante un tiempo, al menos en apariencia, ocurrirá eso. Pero finalmente es una mentira: serán mayoritariamente malas inversiones, que luego tendrán que ser liquidadas lo que originará una nueva crisis económica en el futuro. Las bajas tasas de interés originan una pérdida de la capacidad de compra de las personas empobreciéndolas. Es un proceso lento pero continuado que erosiona el capital de las empresas y ciudadanos. Esto es lo que le ha ocurrido a Estados Unidos y Europa. Y ya ven las graves consecuencias que ha ocasionado a las economías de estos países (o regiones, en el caso Europeo).

Además, la incertidumbre de la economía mundial, con la deflación en Estados Unidos y Europa pueden ocasionar, dentro de algunos años, guerras. Al menos, es lo que suele ocurrir históricamente y no es descartable que ocurra en esta ocasión.

Mi consejo final: ¡Ahorrar todo lo que puedan!, y si van a invertir que sea en base a ahorro disponible, no a un aumento de su endeudamientoEstáis aun a tiempo de evitar una gran crisis futura en el Perú, si se hacen las cosas bien. Ese es vuestro verdadero tesoro en este momento. ¡Aprovechadlo!


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