Viajar en primera clase, siempre es un placer en vuelos largos. Y en mi viaje de vuelta a Madrid (España) desde Lima (Perú), por un problema de overbooking y con la ventaja de ser un viajero frecuente de Iberia, terminé viajando en primera clase pagando un billete de clase turista. ¡Muchas gracias! (es lo que tiene ser un viajero frecuente de Iberia, que había volado todos los meses de este año al menos 1 vez)
Me había pasado anteriormente que me mandaran a Business, pero nunca había tenido la suerte de ir en Primera Clase con Iberia. Ahora estoy jodido, porque uno se acostumbra rápidamente a lo bueno y ahora en mis vuelos a Lima quiero ir en primera clase siempre.. pagando lo de turista claro 🙂 !! Porque ví como 4 pelis y alguna serie de la National Geographic y jugando con el asiento, por lo que sólo dormí en este vuelo como 4 o 5 horas, que fue el tiempo necesario para que mi hígado procesara las ingentes cantidades de vino que bebía.
Una de las ventajas de ir en Primera Clase, es que tienes todo el alcohol que te pida el cuerpo. Yo en las primeras 2 horas ya me había bebido una botella de vino, y eso que aun no empezaba con los aperitivos. Si creen que soy un borracho puede que no se equivoquen, pero como descargo, les contaré que la señora que estaba adelante, se hizo traer una botella de Vodka, y estuvo todo el vuelo dale que te pego con el Absolut. Y además, aunque no eran cacahuetes -léase maní- nos dieron algo similar ¡que estaban buenisimos! ¡Que se joda American Airlines por ya no dar cacahuetes!
La otra gran ventaja, es que tu equipaje es el primero en salir. Así que recogí rapidamente mi equipaje y me dirigí a la salida de la T4. Para quienes no conocen la T4, comentarles que es una terminal ENORME y que son kilómetros los que tienes que caminar para poder salir.
La putada fue, ya saben que pese a que me encanta viajar pero cada viaje que realizo es una aventura, que un agente de paisano al ver que salía a toda pastilla del terminal, quiso pasar mi maleta por la máquina para verificar que no llevaba drogas. Ya saben, peruano que viaja a España, y más si ha pasado por Colombia, es un narco en potencia. La putada es que me había comprado una riñonera -en peruano canguro- de Caterpillar muy chula, que en los rayos X daban la impresión de que mi maleta tenía un compartimento secreto.
Esto al parecer excitó al este jefecillo de la Guardia Civil vestido de paisano, porque empezó a hacer una revisión total y absoluta de cada elemento de mi maleta. No sabía yo, que mi maleta tenía tantos cierres (hay que ver lo especialistas que son los agentes de la guardia civil en el aeropuerto). Lo más divertido es que me preguntaba cosas (como si vivía en Madrid o Lima, el motivo del viaje, etc. , etc.) y 20 segundos después como que ya no se acordaba de mis respuestas (porque entiendo que me estaba analizando psicológicamente para ver si todas mis respuestas encajaban). Eso sí, todo en un tono muy correcto, diría incluso que amigable: tan amigable como puede balancearse una cobra antes de morder a su víctima. Porque seguía pensando que por sus santos cojones había un compartimento secreto en mi maleta. Era divertido al ver que todo le parecía sospechoso. Que tuviese “una maleta dentro de una maleta“, como parecía mi riñonera, que porque tenía tantos calcetines y calzoncillos, que cuanto tiempo me quedaba en España (tuve que explicarle por tercera vez que yo vivo en España).
En su desesperación al no encontrar nada de forma rápida, empezó a sacar toda mi ropa de la maleta. No pudo evitar revisar milimétricamente el portatrajes, al parecer podía llevar un arma de destrucción masiva en la solapa del terno. No contento con eso, termino dejando mi maleta sin nada dentro (salvo las 4 pastillas que iban fuera). Empezaba a cabrearse por no encontrar nada. Y allí me hizo la pregunta (por 4 vez y con distintas palabras) que por que traía tanta ropa, que cuánto tiempo me iba a quedar en Madrid. No pude evitar reirme y decirle que ya le había dicho varias veces que yo residía en Madrid y que venía de pasar mi mes de vacaciones en Lima. Finalmente, en un último intento desesperado, volvió a pasar mi maleta vacía por la máquina de rayos X, pero como ya no estaba la riñonera de los cojones, ya no se veía el compartimento secreto. Me miró, vió la mesa llena de toda mi ropa desparramada en la mesa, y con aire culpable me pidió disculpas por la revisión exhaustiva y que ya podía volver a llenar mi maleta con mi ropa e irme. Caballero no más, evité cagarme en su puta madre y empecé a meter todo como pude en la maleta, y salí y cogí el primer taxi a casa.
La putada del día es que al haber dormido tan poco, a las 4pm le dije a mi compañero que asumiera que me dolía la cabeza y que me iba a casa. Y así fue. Un pedazo de siesta reparadora de 4 horas me permiten trabajar por la noche (que mis clientes me esperaban como agua de mayo) y aquí sigo, escribiendo en mi Weblog mientras limpio los virus de un PC. Así que la próximas veces que vaya a Lima, espero no hacer la locura de llegar a las 7am a Barajas y empezar a las 9am a currar -trabajar en peruano.
2 respuestas a “De vuelta en Madrid en primera clase cortesía de Iberia”
claro que te acostumbras en nada a la primera clase!! por cierto, me hicieron Iberia Plus Plata, más contento que estoy!
Pues ya me gustaría a mi ser Iberia Plus Plata, pero es que a mi no me mandan de viaje por el curro 🙁 Ni tengo un rubio que me mime 🙁