Estoy realmente sorprendido por los taxistas del Centro de Lima. He tenido que ir un par de veces para ver cosas (ya se sabe, Wilson siempre a mano) y para volver a casa, ¡un verdadero infierno! El motivo: ningún taxi libre para para San Borja o La Molina. Y para un cuasi-turista en Lima como yo, que todas las calles me suenan pero que realmente no tengo ni puta idea de donde queda cada cosa, lo más sencillo es tomar un taxi de ida y otro de vuelta.

Desconozco el motivo por el que los taxistas han tomado esa decisión. No se si es su falta de cultura, la flojera, o el no saber cuanto tienen que cobrar. La cosa es que me quedo tirado por las calles del Centro de Lima y tengo que improvisar la forma de llegar a casa. Y lo peor es que en plan desesperación estaba dispuesto a pagar 12 o 15 soles para llegar al trebol de Javier Prado. Pero no había forma. Quizá el truco esté en decir Villa El Salvador, o Miraflores, pero de momento no tengo ni puta idea y es algo que me niego a averiguar.

La última vez, cogí un carro que decia Ceres-Vitarte, que al menos es una zona que ya me suena, y como estaba vacío decidí darme el paseo. No os podeis imaginar el pedazo paseo que me dió: Todo Grau (que por cierto, con la remodelación, la parte de las combis esta genial), tacora, La Parada, Mayorista de Frutas, el matadero (creo que es yerbateros) y todas las zonas urbano-marginales imaginables, hasta que llegó a la Carretera Central. ¡Gracias a dios!

Al final mi aventura en la combi terminó en Nicolás Ayllon con la vía de Evitamiento, donde me bajé para coger una combi que fuese por Salamanca y me dejara en la Avenida Canadá con Rosa Toro. Un kilómetro más por la Carretera Central y el tour hubiese sido tan completo, que habría pasado ¡¡¡frente al puticlub del 5 y medio!!!

¡Desde aqui mi más enérgica queja contra todos esos “dizque” taxistas, que son incapaces de dejarme en la puerta de mi casa!