El fin de semana que ha pasado ha sido uno de los más tristes de mi vida, y mirá que he pasado por muchas cosas a lo largo de mi vida. Mi abuela, a la que desde pequeños le hemos dicho “Mona”, ha muerto. Ha ocurrido el día viernes 5 de febrero a las 9 de la noche (hora de Perú) en casa de mis padres.
El sabado, entre llamadas y mensajes de amigos, no he podido evitar llorar. Porque son muchísimos los recuerdos que tengo con mi abuela. Vivió con nosotros desde que estuvimos en San Borja (año 1982 si no recuerdo mal). Es decir, para mi ha sido una persona que ha estado en mi vida.. toda mi vida! No he podido evitar subir algunas fotos donde está mi abuela, como un tributo. Un tributo por lo mucho que se preocupó por nosotros, por lo bien que nos trató a todos sus nietos y bisnietos. Por la mejor abuela que uno puedo soñar tener… y que yo tuve la suerte de tener. Por todo eso, creo que mi abuela se merece un tributo.
¿Qué puedo decir de mi abuela? Era una persona magnífica, y muy preocupada por sus nietos y bisnietos. Mimaba a sus bisnietos, como nos ha mimado a los nietos. Además, siempre ha llevado en su corazón a mi tío Andrés, su sobrino. Cuando pasaba por casa de mis padres, siempre contaba alguna historia de él. Y, los más interesados en oir esas historias eran sus propios hijos, mis primos, porque había alguien que les podía contar de la niñez de su padre.
No he podido evitar llorar, porque aunque estaba un poco mal, en teoría no era nada grave, y tenía la esperanza que se recuperara.. O al menos, tener la oportunidad de verla por última vez en mi viaje a Lima, que ya estaba planificado para finales de marzo. Reconozco que ha tenido una buena vejez, y que mis padres y todos hemos siempre estado pendientes de ella.
Aún ahora, escribiendo este tributo, no puedo evitar llorar. Es dificil escribir con los ojos llenos de lágrimas. Pero a la vez, siento que me saco un enorme peso de encima diciéndole lo mucho que la quería. Que para mi siempre ha sido un motivo de alegría y de orgullo.
Que decir, cuando aún tengo las monedas de euro que le gustaba que le llevara siempre que iba a Lima (de distintos países claro, porque las coleccionaba), y su turrón de Alicante. Se pasaba horas comiendo turrón. Despacio, sin prisas.. se escondía siempre el suyo (porque mis padres ya tenían el suyo) para poder comerlo con tranquilidad. Sólo lo sacaba para darles un pedazo a sus bisnietos…
En vida, fue una mujer admirable. Aunque ingresó a la Universidad, no la terminó. Pero considerando su época, ¡ya demostraba su mentalidad abierta y adelantada al haber ingresado a la Universidad! Creía importante que todos sus nietos viajáramos al extranjero una temporada para poder conocer algo de mundo (nos apoyó a mi hermana y a mi a salir de Lima, aunque esperaba que volviésemos algún día) y, aunque decía que el mundo evolucionaba rápidamente, evaluaba las nuevas cosas de acuerdo a su moral. ¡Era increíble! De esa forma, pude aprender, que las consideraciones morales no tienen que evolucionar, sino que se pueden seguir aplicando de acuerdo a las nuevas realidades.
Aún recuerdo sus historias, las historias de Matilde Castro Porturas, como cuando nos contaba que en el colegio, justo le estaban enseñando lo que era un átomo y que era indivisible, mientras el Enola Gay volaba hacia Hiroshima, demostrando que se había conseguido romper lo indestructible. Su amor al deporte, y especialmente al Voley, era increíble. Como buena ex-alumna del Divino Maestro, la pasión por el voley lo llevaba en las venas.
Abuelita, ¡descansa en paz!
3 respuestas a “Tributo a mi abuela Mona: ¡Moninga monie, descansa en paz!”
Que bonito tio,la mona fue una persona muy buena y este tributo me hizo acordarme de muchos momentos hermosos que hemos pasado.
Lindo tributo Rafo. Aunque no llevo su sangre la considero mi abuela y me encantaba escuchar sus historias, siempre la voy a recordar con muchisimo cariño.
Tio, tu tributo me trajo muchos recuerdos de mi bisabuela, fue muy bonito y me encanto